La historia detrás de la nueva y pegadiza canción de MICHAEL
JACKSON: “Don’t Be Messin’ ‘Round”
Por Joe Vogel
La demo de “Don’t Be Messin’ ‘Round” se
encuentra entre docenas de temas inéditos de las sesiones de Bad.
Han pasado 25 años desde que Michael Jackson
estaba en los estudios Westlake poniendo los últimos toques a su
álbum ya clásico, Bad, en 1987.
Hoy, una demo de una canción nunca antes escuchada de aquellas
sesiones, finalmente llegará al público cuando el relanzamiento del
single principal de BAD: “I Just Can’t Stop Loving You” llegue a las
estanterías de Walt-Mart. La cara B, un tema
de ritmo pegadizo llamado "Don't Be Messin' 'Round".
Jackson tenía el hábito de escribir y grabar
docenas de potenciales canciones para cada nuevo proyecto. Este era
el caso especialmente en la época BAD, un periodo prolífico en su
carrera. En un determinado momento, consideró hacer de Bad un triple
álbum dada la cantidad de material de calidad. De modo que es
adecuado que a final de otoño, Sony Music y los herederos de Jackson
saquen un álbum completo de material inédito procedente de las
sesiones de BAD. Aunque la lista de temas no ha sido aún finalizada
y no se hará pública hasta cerca del 18 de septiembre, más de 20
demos inéditas de aquellas sesiones están siendo consideradas para
el disco. Las canciones que están siendo evaluadas incluyen una
cantidad de verdaderas joyas y unos pocos títulos previamente
desconocidos para la mayoría de los más fervientes seguidores de
Michael Jackson.
Un equipo de colaboradores y ayudantes de Jackson
–incluidos administradores del estate, el Vicepresidente de Sony,
John Doelp, el productor Al Quaglieri (quien supervisó el excelente
box set de 2004: Michael Jackson: The Ultimate Collection) y el
ingeniero de grabación, Matt Forger, rastrearon por los archivos
para ver qué era viable para el lanzamiento de Bad 25. El criterio
usado para identificar potenciales canciones era simple: Tuvieron
que ser grabadas durante la era Bad (1985-1987) y tenían que estar
lo suficientemente acabadas como para dar la impresión de un tema
completado.
Esta vez, los albaceas y Sony han dejado el
trabajo de Jackson en crudo y sin embellecer, en contraste con el
primer álbum póstumo del Rey del Pop: el controvertido Michael de
2010. Los temas serán, pues, menos pulidos pero más auténticos,
orgánicos y verdaderos respecto a lo que Jackson dejó hecho. Algo
similar al aclamado documental de 2009, This Is It, el objetivo es
ofrecer un vistazo íntimo del artista en su elemento. El oyente, en
esencia, es llevado al estudio con Jackson mientras elabora una
variedad de ideas musicales en su siguiente álbum tras el más
vendido de todos los tiempos, "Thriller".
“Don’t Be Messin’ Round” ilustra bien este
concepto. En la pista podemos escuchar a Jackson dando
instrucciones, dictando vocalmente las partes instrumentales,
planeando dónde acentuar las palabras o añadir percusión, tarareando
e improvisando las vocales sin acabar. “Una de las principales
intenciones es mostrar que esto es trabajo en progreso”, dice Matt
Forger, un ingeniero de sonido amigo y colaborador de Jackson
durante mucho tiempo. “Descorrer la cortina. Ver en realidad a
Michael en su ambiente natural de trabajo; cómo dirige, su sentido
del humor, su enfoque”.
El producto final, por tanto, está
intencionadamente inacabado y es espontáneo. “Puedes oírle
divirtiéndose”, dice Forger. “Su espíritu y emoción están totalmente
allí. Él sabía que en las demos no tenía que estar totalmente
perfecto en su ejecución. Por eso se relajaba. Se lanzaba a
improvisar y bailar o cantar o golpear con los dedos o a hacer
palmas. Simplemente le escuchas disfrutando”.
Jackson escribió y grabó por primera vez “Don’t Be
Messin´Round’” durante las sesiones de Thriller con el ingeniero
Brent Averill. En ese momento estaba trabajando en una variedad de
ideas musicales, incluidas demos de “P.Y.T.” y “Billie Jean”. “Don’t
Be Messin’” presenta a Jackson tocando el piano él mismo (“Él podía
hacer más de lo que en realidad dejaba saber a la gente”, dice
Forger). También produjo, arregló y dirigió muchas de las partes
instrumentales, incluyendo las cinemáticas cuerdas, la parte del
piano de Jonathan Maxey en el puente y los punteos funky de guitarra
de David Williams.
Finalmente, como “Don’t Be Messin’Round” no estaba
completamente terminado y estaba entrando mucho más material para
Thriller, Jackson decidió dejar la canción para más adelante,
teniendo en mente revisarla para el siguiente álbum. “Así es como
Michael elaboraba ideas y canciones”, explica Forger. “dejaba la
canción abierta hasta que le llegara su momento. A veces una canción
no estaba lista o no encajaba en el concepto de un álbum o en un
proyecto y se quedaba en las cajas de seguridad. Y después, en un
determinado momento, la sacaba de nuevo”.
En este caso, la pista volvió a resurgir en 1986,
durante las primeras sesiones de BAD. Jackson trabajó en la canción
primeramente con los ingenieros de grabación Matt Forger y Bill
Bottrell en el “laboratorio”, apodo para su renovado estudio en
Hayvenhurst. Como era típico en Jackson para los temas rítmicos, la
canción era bastante larga (casi 8 minutos) en sus primeras fases.
“A Michael le gusta que una canción sea larga”, dice Forger. “Le
gusta sacarle partido para poder bailar –lo que es gran cosa, porque
cuando Michael siente que la música le hace bailar significa que lo
ha conseguido”.
Los patrones rítmicos de Jackson, sin embargo,
eran poco comunes por el hecho de que carecían de esa predecible
repetición de mucha de la música disco, sorprendiendo con extraños
patrones de ritmo, texturas y matices. “Algunas de estas versiones
largas de “don’t Be Messin’” suenan realmente interesantes porque
pasan cosas diferentes en distintas secciones”, dice Forger. “No es
realmente como si estás ahí sentado durante 8 minutos pensando que
es terriblemente larga, porque pasan cosas durante ese espacio de
tiempo que te hacen sentir que “Sí, es guay”. Te gusta escuchar el
ritmo, de hecho”.
Cortar la canción era a menudo un proceso brutal para Jackson,
especialmente los intros y los outros (principios y finales). Como
en otras canciones de Thriller o Bad, creo, Jackson intentó
recortarla en unos cuatro o cinco minutos, los que tiene la nueva
mezcla de “Don’t Be Messin’”.
Jackson continuó trabajando en “Don’t Be Messin’”
hasta final de 1986, en su estudio y en Westlake. Sin embargo, una
vez que entró Quincy Jones, empezaron los recortes serios y “Don’t
Be Messin’” se quedó fuera. Jackson sacó la canción de nuevo durante
las sesiones de Dangerous y HIStory, actualizando su sonido y
añadiendo nuevos elementos. Definitivamente, era una canción que le
gustaba. Pero finalmente no encontró su lugar.
La versión que mezcló Forger fue la última en la
que Jackson trabajó durante las sesiones de Bad en 1986. Forger
siente que es la más pura y mas satisfactoria de las versiones: “Es
exactamente como Michael la hizo en ese momento. Es precisamente
Michael diciendo: ‘Así es como tiene que ser’”.
La demo de 1986 no es una canción rompedora. Las
vocales están solo a media potencia, las letras no están terminadas
y la producción no está cerrada como lo hubiera estado si la
hubieran realizado completamente Jackson y Quincy Jones. Sin
embargo, es una sólida adición a la lista creciente de descartes de
la era Bad (una lista que incluye “Streetwalker”, “Fly Away” y “Cheater”).
“Tiene una pegadiza melodía subyacente”, dice Forger. “Y tiene un
sentido rítmico abreviado de un modo interesante”. En una entrevista
de 2009 al legendario ingeniero de sonido Bruce Swedien, citaba el
tema como uno de sus favoritos inéditos de Jackson. “Es simplemente
hermoso”, dijo. “Oh, Dios mío, no hay nada como eso”.
Como mucho de su trabajo, el tema no encaja claramente en un solo
género, fusiona aromas de Latin, jazz y pop. Con su alegre ritmo
Bossa Nova y capas de frases repetidas intercaladas, es una canción
que se fija fácilmente en la memoria y te hace querer moverte.
También recompensa al oyente con su sofisticada síncopa y su
complejo arreglo rítmico (“La música es como un tapiz”, dijo Jackson
una vez. “Son diferentes capas que se van entrelazando, y si la
miras por capas, la entiendes mejor”.)
Para Forger, trabajar en el tema desencadenó
recuerdos de un momento más sencillo en la turbulenta carrera de
Jackson: “Me trajo sentimientos de aquel momento. Michael era tan
exuberante, una persona tan feliz. Quería desafiar al mundo y hacer
música grande y maravillosa”.