Hola
queridos amigos y hermanos. Gracias por estar este día aquí junto a mí. Quisiera decir
unas cuantas cosas que sé que serán muy necesarias para mi nuevo mundo, nuestro mundo. Bueno empezaré diciendo que he tenido una
vida muy dura y que a pesar de todo aprendí cosas muy lindas, que me sirvieron muchísimo,
dos de ellas son: amar a la naturaleza y a las personas.
Hoy me gustaría empezar a hablar
de la paz en el mundo, que digamos no es tan buena en estos momentos. Personas sin hogar
que se mueren a diario por culpas de las guerras, o quizás porque no tienen alimento para
comer a causas de las malas relaciones que existen entre varios países, entre ellos los
más perjudicados son los del tercer mundo. Para muchas personas lo más importante es el
dinero, un simple papel, que hace una buena vida. A estos no les importa nada ni la salud
ni las condiciones en que viven los de más, ellos se tendrían que mirar al espejo y
preguntarse ¿qué puedo hacer con todo este dinero, con quién lo puedo compartir? Pero
son muy pocas las personas que lo hacen. Tampoco me gusta ver en el televisor cientos de
niños que se mueren a diario; todo esto es un crimen contra la humanidad, la naturaleza y
contra Dios, esa paz que el señor nos dio no existe, pero la podemos formar todos juntos
como hermanos.
El hombre poco a poco se está
destruyendo el mismo y a la vez destruye su alrededor, por eso quisiera unirlos a todos
como hermanos y pronunciar esa palabra tan linda, tan bella que es "paz", que al
mismo tiempo significa fe, unión, amistad, felicidad y alegría. Aquellos que no se
hablen que se den la mano, los que tengan problemas con su pareja que sigan adelante que
sus hijos serán los herederos de la felicidad los que pronunciaran estas mismas palabras
a su próxima generación, no se dejen llevar por el mal, déjense llevar por el bien. El
mundo está en nuestras manos, ¡cuiden al mundo!. Los quiero a todos, gracias.
Cuiden el mundo.
Pablo Amaral Cabrera Llapur - Cuba |