Si he
aceptado el gran desafío de postularme a Presidente, es porque de alguna manera creo que
podemos lograr que nuestros discursos sean realidades. Creer que el pesimista tiene la
razón, que todo está establecido, que nada va a cambiar, no tiene sentido. Pues entonces
quedémosnos en nuestras casas sentados en nuestros jardines ver pasar la vida y esperar
el final. No
existen soluciones mágicas, ni tampoco tengo la capacidad de cambiarlo todo como en un
cuento de hadas. Ustedes, quienes me eligieron, no votaron un hechicero o al genio de la
lámpara, sino que me han puesto como director de una gran orquesta, y para que suene como
tal, hasta el más pequeño de sus instrumentos debe hacer su parte.
Hacer su parte es ser buenos
padres, pues me pregunto, donde están los padres de los delincuentes, de los convictos o
drogadictos. Reciben los niños de parte de sus mayores ejemplos dignos?. La respuesta es
mayormente. No.
Alguien alguna vez dijo que si
quieres cambiar tu Nación, empieza por ti y tu familia. Vivimos esperando ejemplos sin
darlos, esperamos que nuestros amigos sean mejores para mejorar, esperamos tener
competencia para salir del limbo, esperamos que nuestro vecino arregle su jardín para
embellecer el nuestro.
Los cambios no son panfletos, ni
preámbulos. Los cambios son simplemente acción. Es ponerse de pie y tomar decisiones sin
esperar.
No tenemos recetas de felicidad
eterna, ni la llave del cofre del oro, sólo nos tenemos a nosotros mismos, el mayor de
los tesoros.
Pues entonces pueblo de mi Nación,
de pie y a caminar.
Ricardo Martín Saldivar Gutiérrez
Mendoza - Argentina.
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