
Comenzaron a reinar en el pop hace 20 años. Basaron sus carreras en MTV, el
impacto, la ambigüedad sexual, el escándalo y el cambio de apariencia. Hoy
siguen dando pelea: Madonna está a punto de sacar el disco "American
life" y Michael Jackson blanquea su imagen por televisión... ¿Qué hay
detrás de las máscaras?
MUSICA:
LOS FENOMENOS DE MADONNA Y MICHAEL JACKSON
Veinte años
de una máscara tras otra
Estallaron
en 1983. Y no pararon. Forjados en el manejo formidable de la imagen, estos
mutantes del pop aún dan pelea.
Videogenia:
la virtud de saber vender una imagen de sí mediante clips. Este mes, el término
cumple los mismos veinte años que la irrupción de las dos megaestrellas pop
globales, Madonna y Michael Jackson. ¿Qué hubiera sido de ellos sin MTV? ¿Y a
la inversa? En marzo de 1983 ambos compartían manager (Fred DeMann) y director
de clip, Steve Barron, el inglés que, en 1990, nos legaría el largometraje de
las Tortugas Ninja. El fue el encargado de darle dimensión narrativa a un género
como el "promo televisivo
de un hit radial" que aún no superaba las escenas de playback con algún
efecto técnico. Barron terminó el clip de Billie Jean (Jackson, extraído de
Thriller, 82) y el de Burning up (Madonna, corte de su debut homónimo) con
diferencia de semanas. Los cantantes debieron actuar y mostrarse más como
personajes que personas.
Pronto, a Michael se le ocurriría pedir 800.000 dólares para filmar los 14
minutos de Thriller (John Landis). Desde el estreno de este clip, en el 83,
"ya no bastaba con ser un compositor brillante y gran músico, tenías que
ser actor o, por lo menos, tener una cara bonita", escribió Anthony De
Curtis. Michael y Madonna lo sabían y fueron los dos ejemplares que mejor
superaron el nuevo darwinismo de la "videocracia". Ambos se dedicaron
al marketing de su cuerpo e imagen pública al punto de recrearse a piacere .
Conscientes de que hay que ofrecerle a los fans un modelo a imitar, recurren a
los caprichos de la moda y a las coreografías ya desde sus primeros clips.
Madonna trabaja con la diseñadora Maripol quien le propone mezclar crucifijos
con bijou mersa y lencería. Michael recurre al detalle (un solo
guante, medias blancas) e inventa el paso "moonwalking" (caminata
lunar).
Aún cuando los dos hicieron de la metamorfosis su modus operandi con
un antecedente en Bowie, existe una gran diferencia. Madonna busca despistar
cambiando de máscaras y subvirtiendo los códigos culturalmente aceptables
(erotismo + catolicismo). En cambio, Michael se identifica cada vez mejor con su
"ideal de yo" (sea Diana Ross o Peter Pan) recurriendo a la cirugía.
Si Madonna se aprovecha de los medios para ofrecer simulacros de sí, Michael lo
vive en carne propia: ya es un cyborg, un humano biónico que desafía
a Freud concretando sus máximos deseos (ser un eterno niño blanco). Ella ama
el "voguing" (imitación de poses que hacían los gays neoyorquinos de
las modelos de Vogue) y ser objeto del voyeurismo; él prefiere las películas
de hombres — lobos y el efecto Morphing (ver Black or White). Saben
que los medios no son transparentes y los manipulan. Si hasta hacen sus propios
documentales: ella ya tuvo su A la cama con... en 1992. Siguen vigentes porque
encarnan el mismo ritmo de cambio sin cambio de la moda y el mercado. Nadie sabrá
nunca quiénes y cómo son en realidad. ¿A alguien le importa?
Pablo Schanton. DE LA REDACCION DE CLARIN
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