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Motown 25 Aniversario

Nombre Oficial: «Motown 25, Yesterday, Today, Forever»

Fecha de Grabación: 25 de Marzo de 1983

Fecha de Televisación: 16 de Mayo de 1983

PROLOGO:

Michael Jackson caminó sobre la luna y se instauró una nueva era en la historia de la música. Aquel 25 de marzo de 1983 nació el pop.

El especial «Motown 25: Yesterday, Today, Forever» celebraba el aniversario del sello discográfico y estuvo plagado de gestos emotivos: la voz quebrada de Stevie Wonder agradeciendo a la compañía por “darle una oportunidad a un muchacho negro, ciego y pobre”, Marvin Gaye recordando el sufrimiento de los artistas negros ignorados por la industria hasta que llegó Motown.

Durante la reunión de los Jackson 5, Michael era el único cuyo micrófono estaba encendido, sus cuatro hermanos estaban haciendo playback. Pero hoy el mundo solo recuerda un instante de Motown 25: Michael Jackson desafiando la lógica, la física y la gravedad al deslizar sus pies caminando hacia atrás.

Michael Jackson vestía una chaqueta negra de lentejuelas prestada por su madre, una camiseta plateada de lamé, pantalones negros, mocasines negros y un guante cubierto por piedras Swarovski. También llevaba unos enormes calcetines blancos con pedrería: quería que el público le prestase atención a sus pies.

“Tengo que decir que aquellos fueron buenos tiempos…” comienza diciendo Michael Jackson una vez sus hermanos han abandonado el escenario tras interpretar un medley de sus éxitos, “…me encantan esas canciones, fueron momentos mágicos…”. De repente su tono adquiere una mayor solemnidad y mira directamente a la cámara: “pero especialmente me gustan… [Michael levanta su ceja derecha] …las nuevas canciones”. En ese momento Jackson estira su brazo y toma un sombrero negro que su asistente, Nelson P. Hayes, había colocado fuera de cámara (“me hizo ensayarlo 20 veces para asegurarse de que el sombrero estaría exactamente donde quería”, contaría Hayes después ) y empieza la base de Billie Jean.

La orquesta descansa, porque Michael estaba convencido de que no serían capaz de recrear el ritmo de la canción, y la historia de la música empieza a escribir un nuevo capítulo. Entra el bajo y Jackson presenta todos los movimientos de baile que se pasaría el resto de su carrera repitiendo: la patada, la pelvis marcando el ritmo de la canción, el giro sobre sí mismo terminando de puntillas, y la pierna giratoria en paralelo al suelo.

Una actuación que representa el producto de más de 70 años de evolución en la danza y que encapsula toda la tradición de movimientos de baile afroamericanos. Sus movimientos resultan eléctricos pero elegantes, mecánicos pero fluidos, ensayados pero emocionales, sexuales pero no eróticos. Es Fred Astaire y la vez es James Brown.

Y entonces, tres minutos y treinta y seis segundos después de que empieza la canción, Michael Jackson hace el «moonwalk» y el público, entre el éxtasis y la confusión, enloquece.
Apenas dura un par de segundos y si parpadeas te lo pierdes, pero nadie parpadeó durante esta actuación. Si la gente recuerda que el «Moonwalk» dura más de lo que realmente dura, es porque parece que el tiempo se ralentizó.

Jackson no había ejecutado el paso durante los ensayos, de modo que incluso los trabajadores de la sala perdieron el control durante unos segundos (“¿han visto eso?”, “¿qué demonios acaba de pasar?”, “¿cómo lo ha hecho?”) y el Michael repite el truco de magia una vez más antes de terminar la canción, ya convertido en el Rey del Pop.

La famosa compositora Valerie Simpson se acercó a Michael tras la actuación: “Todo el mundo corrió hacia él para felicitarle, pero él no estaba ahí, como si acabara de vivir una
experiencia extracorpórea. No respondía, no era él mismo, no era capaz de descender donde estábamos nosotros”.

A pesar de que Michael aseguró que simplemente dejó que “la canción crease los movimientos”, se sabe que llevaba tres años esperando la oportunidad idónea para asombrar al mundo con el «Moonwalk». Lo había visto en 1979 en el programa «Soul Train», donde Casper Candidate y Cooley Jaxson ejecutaron el paso al ritmo de la canción de Jackson «Working Day And Night». En aquella época se le conocía como el backslide (deslizado hacia atrás) y provenía del folklore negro: la primera grabación registrada del movimiento es la de «Cab Calloway» en 1932, bautizada «The Buzz» o “el zumbido”, pero fue imitada por docenas de artistas como el mimo Marcel Marceau con el nombre de «andar contra el viento” o David Bowie en «Aladdin Sane».

El impacto del «Moonwalk» no radica en la originalidad o la propiedad intelectual, al fin y al cabo Elvis Presley copió a Chuck Berry, Madonna copió a las drag queens y Beyoncé copió a Bob Fosse, sino cómo engendra la propia identidad de Michael Jackson como artista:

Primero, aquella actuación funcionó como un Bar Mitzvah afro: el niño de los mofletes rechonchos que se lo pasaba cantando con sus hermanos había mutado en un guerrero de mandíbula de bronce, cuya nueva musculatura se movía como si fuese etérea.

Segundo, estableció la percepción en el imaginario colectivo de que, en realidad, Michael Jackson se había transformado en algo más sublime que un hombre. Era una criatura superior. “Michael Jackson era Dios, pero no solo en cuanto a su dimensión y su poder, sino en cuanto a su misterio” describe el escritor Ta-Nehisi Coates , “en cómo los niños escuchaban a los adultos hablar de él en términos de leyenda y tradición y en cómo elaboraba obras milagrosas: Michael Jackson mediaba en guerras entre bandas, Michael Jackson era el rey de los zombies, Michael Jackson pisaba el suelo y las piedras se convertían en luz ”. Y todo comenzó con el «Moonwalk», el equivalente pop a ver a Jesucristo caminar sobre las aguas.

«Thriller» acabó siendo el disco más vendido de la historia y el éxito de sus videoclips convenció a MTV de apostar por otros artistas negros. El catálogo de Motown volvió a sonar en la radio, sus artistas salieron de gira de nuevo y las comedias de Hollywood de los 80 atestaron sus bandas sonoras de clásicos del soul.

Michael Jackson, fundó el pop tal y como lo conocemos hoy: un espectáculo tan visual como sonoro que se alimenta del arte performativo y cuya estética, el vestuario, las coreografías, los videoclips, forma parte del producto y de la experiencia tanto o más que la propia canción.

El pop, un género musical inofensivo por definición, parecía tornarse trascendental cuando Michael se movía. Hablaba como un niño asustado de ojos tristes hasta que empezaba a sonar la música y la mirada se endurecía para transformarse en el líder de un ejército, el líder de una tribu o el líder de una secta con sus propios gritos de guerra ininteligibles (“sh’mon”, “sh-cha-kun”, “he-he” o directamente un grito que solo le salía bien a él). Era un Rey callejero. Era un ilusionista para las masas.

Su legado como artista trasciende incluso a sus propias excentricidades como hombre. Gracias a Jackson, la denominada primero “música para negros” y “música negra” después” pasó a llamarse simplemente y grandilocuente «música pop».

Así, en «Motown 25», una noche concebida para celebrar la nostalgia del pasado, Michael Jackson cambió el futuro…

LA HISTORIA:

El especial de «Motown 25: Ayer, hoy, siempre» se grabó con audiencia en vivo durante la velada del viernes 25 de Marzo de 1983. La transmisión en televisión fue el 16 de mayo de 1983. Fue producida y dirigida por Don Mischer, quien ayudó a orquestar otros momentos históricos a lo largo de los años, y muchas ceremonias de los premios Oscar.

El evento tuvo lugar en el Auditorio Cívico de Pasadena, un teatro ornamentado y diseñado en 1932 con la intención de evocar la arquitectura renacentista italiana, aunque su diseño hace varias referencias representativas del lugar. Un patrón de olas del océano se estrecha a lo largo de la fachada, y los colores utilizados en sus interiores evocan el Movimiento de Artes y Oficios Estadounidenses que se han convertido en sinónimo de Pasadena.

Dado que la Motown tenía la intención de mostrar los grandes éxitos del sello, Don Mischer y la productora ejecutiva histórica de la discográfica Suzanne de Passe prohibieron a todos los artistas desde Marvin Gaye hasta Temptations y Diana Ross interpretar material nuevo.

Contra todo lo establecido, Michael Jackson quería interpretar una canción en solitario y de su reciente disco llamada «Billie Jean». Mischer recuerda el tenso momento: «Mira, si dejamos que Michael haga una nueva canción, ¿quién va a recibir la llamada telefónica de Marvin Gaye el lunes diciendo: ‘¿Por qué dejaste que Michael hiciera una nueva canción y yo no pude hacer una?.

Michael recordó cómo llegó a ser las reuniones previas, en su autobiografía “Moonwalk”: «…me veo obligado a admitir que tuvieron que convencerme para hacerlo. Me alegro de haberlo hecho porque el espectáculo finalmente produjo algunos de los momentos más felices y orgullosos de mi vida… Me pidieron que apareciera como miembro de los Jackson y luego que hiciera un número de baile por mi cuenta. Pero ninguno de nosotros éramos más artistas de Motown… Pensé en todo lo que Berry Gordy había hecho por mí y por el grupo, pero les dije a mis managers y a Motown que no quería salir en la televisión. Toda mi actitud hacia la televisión es bastante negativa. Eventualmente, Berry vino a mí para discutirlo. Dije: ‘Está bien, pero si lo hago, quiero hacer ‘Billie Jean’. Hubiera sido la única canción que no era de Motown en todo el espectáculo. Así que acordamos hacer un popurrí de los Jacksons y todos estábamos emocionados”.

La atención de Michael se centró en la actuación del grupo, y admitió que durante los ensayos generales cuando llegó el momento de ‘Billie Jean’, «simplemente la pasé por alto porque todavía no tenía nada planeado». No había tenido tiempo porque estaba muy ocupado ensayando con el grupo. Debido a que no sabía exactamente qué planeaba hacer con la actuación, habla sobre cómo se armó su guardarropa para la noche en los últimos momentos previos al espectáculo. Llamó a su oficina de administración y dijo: «Por favor, pídeme un sombrero de espía, como un sombrero de fieltro genial, algo que usaría un agente secreto». Continúa explicando que había encontrado la chaqueta negra durante las sesiones de Thriller (otras fuentes dicen que era de su madre) y dijo: “Sabes, algún día usaré esto para actuar. Era tan perfecto y tan espectacular que lo usé en Motown 25”. El último elemento de ‘el look’ que creó es ‘el guante’. Comentó en su autobiografía: «Había estado usando un solo guante durante años antes de Thriller… Lo estaba usando en algunas de las giras antiguas en la década de 1970, y usé un guante durante la época de «Off the Wall» y en la portada del álbum en vivo que salió después…».

Michael un día se encontraba en un estudio de Motown Records, editando una versión especial de “Billie Jean”, para el especial cuando cuando Berry Gordy, fundador de Motown, ingresó al lugar por sorpresa. El joven Jackson reaccionó con asombro, pero se serenó al instante. Sentía mucho respeto por aquel hombre.

Compartiendo asientos, frente al tablero de control, Berry interrogó a Michael sobre su negativa inicial de participar en «Motown 25: Ayer, hoy, siempre». Él comentó que no disfrutaba actuar en programas televisados porque no podía enmendar errores de su performance si los cometiese.

Atento a sus miedo, Jackson supervisaba a través de sus abogados el montaje de su actuación con la misma precisión con la que había dirigido la realización. “Él indicaba cómo quería el escenario, la iluminación, el foco y los planos, según los gestos que él hiciera con los brazos” – explica la relaciones públicas Suzy Ikeda.

Se reunió con sus hermanos en el evento para interpretar un popurrí de grandes éxitos como «I Want You Back», «I’ll Be There», «The Love You Save» y «Never Can Say Goodbye». Jermaine estaba actuando con sus hermanos por primera vez desde que dejó el grupo en 1975, y el hermano pequeño Randy, que había reemplazado a Jermaine también se unió al grupo.

Fanáticos, miembros del público, prensa, artistas, y hasta su familia, permanecieron boquiabiertos durante su presentación de «Billie Jean». El fundador de la discográfica, Berry Gordy, fue visto de pie y aplaudiendo. Era un gran admirador del muchacho con traje de lentejuelas. Pero, ¿cómo Michael llegó a esto?.

The Jacksons, todos juntos en el evento de «Motown 25»

La productora ejecutiva de la disquera, Suzanne de Passe recuerda un dato que podría haber cambiado el curso de la historia: «me llegó una carta del abogado de Jackson durante los ensayos diciendo que teníamos prohibido grabar la parte de ‘Billie Jean’, porque Michael sólo quería hacerlo para la gente del Pasadena Civic Auditorium, pero que no se emitiera. Me fui hacia él y le dije, ‘¿en serio?.’ Le dije, ‘Te voy a decir una cosa, lo vamos a grabar y luego vas a venir a la sala de montaje. Si no te gusta, no lo emitiremos. Por suerte, no sólo le gustó, le encanto».

Un par de semanas después, director Don Mischer comenzó a editar el concierto. Michael Jackson lo visitó para decidir qué tomas de su actuación quería. “Tenía ideas creativas muy claras sobre lo que quería y cómo quería verse retratado”, dijo Mischer. “Hubo momentos en que no estuvimos de acuerdo sobre una toma o algo así, pero siempre le hice caso. … Confié en su juicio”.

Pero si bien Jackson podría haber sido una presencia descomunal en el escenario, fue exactamente lo contrario en la isla de edición de Mischer. “Siempre fue callado… era un ser humano muy callado y tímido”, dijo Mischer. “Entraba en una habitación y simplemente se metía en un rincón. Le susurraba a la gente. Pero cuando subió al escenario, era como un general”.

Michael Jackson y sus hermanos durante los ensayos de «Motown 25»

Finalmente, Jackson estaba contento con «Motown 25». Mischer dice que después de que salió al aire, recibió una foto firmada que decía: «Gracias por el momento mágico». Y el resto del país compartió ese sentimiento. Mischer dice que días después, estuvo en la Casa Blanca para filmar una entrevista de Barbara Walters con Nancy Reagan. Como él recuerda, “Al bajar del ascensor del hotel, todo el mundo hablaba de Michael. En el taxi que se dirigía a la Casa Blanca, todo el mundo hablaba de Michael. En el ala este de la Casa Blanca… todo el mundo habla de Motown 25 y de Michael”.

Cuenta que una vez llegó a los camarines luego de su performance, sus hermanos lo recibieron. Jackie, Tito, Jermaine, Marlon y Randy, lo abrazaron.

“¡Qué show, Mike”, exclamó Jackie.

“Nunca vi nada igual”, añadió Jermaine.

Sin embargo, estos elogios y muestras de afecto, raramente mostradas por la forma que Joseph Jackson (su padre) los crío, se vieron manchadas por la insistencia de los hermanos de retomar el proyecto de los Jackson 5. Michael no quería saber nada, y se alejó silenciosamente hacia la salida.

¡Eh, Michael” Espera”, le gritó un muchacho, mientras salía del auditorio.

“¿Quién te enseñó a bailar así”, preguntó su admirador.

“Supongo que es práctica”, contestó Michael Jackson.

“Eres asombroso”, remarcó el muchacho.

“Gracias, necesitaba que me lo dijeran”, respondió Michael Jackson.

El joven volvió sobre sus pasos y se perdió en el lugar. Michael lo saludó con la cabeza mientras caminaba fuera, y comenzó a reír. Finalmente se sentía bien.

A la mañana siguiente, la gente llamaba para hablar del excelente actuación de Michael Jackson. Hayvenhurst, la casa de los Jacksons, se llenó de parientes, ejecutivos de CBS y Motown, vecinos y admiradores. Todos querían juntarse con él.

Un mes y medio después, cuando «Motown 25» se emitió en televisión, millones de espectadores se juntaron para verificar si la presentación de Michael era tan grandiosa como se rumoreaba. No sólo confirmaron eso, sino que ‘El Rey del Pop’ era un Rey en verdad.

Debido a la masividad de la televisión, el programa marcó un récord de audiencia, codeándose con las presentaciones de Elvis Presley y The Beatles en «The Ed Sullivan Show». La transmisión original del programa de dos horas fue vista por 47 millones de personas, con un 35 por ciento del país con un televisor encendido viendo «Motown 25». Al programa le fue especialmente bien en Nueva York, Chicago, Los Ángeles, Detroit, San Francisco y Filadelfia.

“Él sabe donde parar y después, explota como una ráfaga de luz”, expresó Gene Kelly.

EL GUANTE BLANCO:

El guante de Michael Jackson de su interpretación de «Billie Jean» en 1983 en el especial de televisión «Motown 25» donde interpretó el «moonwalk» por primera vez, antes de su subasta le perteneció a Walter Orange, uno de los miembros del grupo «The Commodores».

Está hecho a partir de un guante de golf de cuero color crema, con una etiqueta interior que dice «Hecho en Corea». Tiene una solapa de velcro en el dorso que permite ajustar el calce, y un solo broche blanco en la parte posterior de la muñeca. No presenta los cristales cosidos a mano, sino que utiliza una red de malla de pedrería facetada, cortada con la forma del guante. Estas tiras de cristales se han cosido en la parte posterior del guante. No hay pedrería en la palma.

El guante fue regalado por Michael Jackson a Walter «Clyde» Orange, uno de los miembros fundadores de Commodores. Orange escribió una carta para la ocasión de la subasta a los efectos de justificar el origen del mismo: «Yo, Walter «Clyde» Orange, conocía a Michael Jackson y su familia desde la primera vez que «The Commodores» estuvieron de gira con «The Jackson Five» como teloneros en el verano de 1971. Tocamos cuarenta conciertos en Estados Unidos con ellos, viajando de costa a costa con la familia Jackson en esta gira y en las siguientes. En ese momento, y en los años siguientes, Michael y yo teníamos una broma cuando nos veíamos. A su manera humilde, se negó a darme su autógrafo, diciendo que yo era más famoso que él. Nunca me dio su autógrafo. Años más tarde, en 1983, ambos actuamos en el espectáculo tributo «Motown 25: Yesterday, Today, Forever». Fue tan bueno ver a Michael actuar con sus hermanos de nuevo como en los viejos tiempos, pero se robó el espectáculo esa noche durante su actuación en solitario con «Billie Jean». Después de la actuación, Michael se me acercó por detrás, puso su mano sobre mis ojos y dijo: «¿Adivina quién?». Supe quién era porque sentí un guante en su mano izquierda y ningún guante en la otra. Cuando una vez más le pedí su autógrafo, Michael me dio el guante que usó esa noche, ¡aún negándose a darme su autógrafo!. Siempre fue un verdadero bromista, incluso de niño, así que le pregunté si hablaba en serio acerca de darme el guante, y me aseguró que sí. Cada vez que lo veía después de eso, bromeaba diciendo que le devolvería el guante a cambio de su autógrafo, pero él siempre se negó, diciéndome que me quedara con el guante y luego, en broma, pidiéndome un autógrafo. Fue subastado a U$S 430.000

Cuando Michael Jackson caminó por primera vez sobre la luna y cambió el pop para siempre – revistavanityfair.es – Juan Sanguino

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