Diciembre 1983
Director: John Landis
Duración: 13:40
Album: «Thriller»
INTRODUCCIÓN:
«Thriller» no empezó convenciendo al propio Michael, pero tras varios arreglos, ajustes y decisiones acertadas, el álbum se resumió en nueve temas que se apoyaban en cuatro grandes patas: «Beat It» era el tema rock, «Humane Nature» una balada sublime, «Wanna Be Startin’ Somethin’» el tema bailable de r&b, y por último: «Thriller», un tema que iría acompañado de un grandioso video. Ok, el plan parecía encajar.
Y llegó noviembre de 1982, la fecha del lanzamiento. Junto a Paul McCartney, el primer single: «The Girl Is Mine2. Después vino «Beat It», y con «Billie Jean» todo empezó a tomar otro color.
John Landis recibió un buen día la llamada de Jackson. El director de «Blues Brothers» (1980) y «El príncipe de Zamunda» (1988) aceptó la oferta de Michael Jackson, quien se había encandilado con su película «An American Werewolf in London» (1981) y quería repetir ese tipo de cine para el vídeo de «Thriller».
¿Qué se podría decir hoy de Thriller que no haya sido dicho ya mil millones de veces antes?. Una chica, una sala de cine y una película de terror. Michael Jackson convertido en un bailarín zombie, seguido por una manada de terroríficos monstruos perfectamente coreografiados.
900.000 dólares era la suma total del video, contando las partidas para el rodaje, los efectos especiales en postproducción y los diez días de ensayos previos.
Día y noche, de lunes a domingo, MTV pasaba los vídeos de Michael Jackson, con lo que la gente enloquecía frente a las pantallas con 27 semanas en el número 1.
Es considerado por votación en la MTV como «El Mejor Video de Todos los Tiempos». Esta joya de más de 14 minutos a dividido la historia de los videoclips en un antes y un después.
Los directivos de su discográfica pensaron en 1983 que luego de los videos de «Billie Jean»» y «Beat It» el álbum «Thriller» había dado todo el potencial que podía. Sin embargo estaban muy equivocados. Michael Jackson tenía su gran jugada por descubrir. Nadie pudo imaginar lo que aquel cortometraje iba a provocar cuando se diera a conocer, ni los más optimistas podrían haberlo presagiado.
El éxito no se vio reflejado únicamente en las ventas o en todo lo que generó este trabajo. El corto de «Thriller» fue declarado como Patrimonio Histórico por el Congreso de los Estados Unidos, el 30 de diciembre de 2009, convirtiéndose en el primer vídeo musical que estaba incluido en esa lista como uno de los grandes tesoros musicales y hoy es parte de la historia de ese país.
«Thriller» será recordado por millones de personas en todo el mundo como el video más espectacular jamás montado en la historia musical del rock/pop moderno, y pasará de generación en generación, mostrando al mundo a un artista que logró lo imposible, lo impensado: destruir los prejuicios raciales, derribar las barreras estéticas y revolucionar el concepto género musical ligado al factor comercial para siempre.
EL DIRECTOR:
Cuenta el director John Landis que «Jackson se le acercó por primera vez para hacer el video porque le gustaba su trabajo en «An American Werewolf in London» y los dos, junto con el maquillador Rick Baker, se reunieron para mirar fotografías de viejas películas de monstruos.
“Resulta que no ha visto muchas películas de terror, eran demasiado aterradoras. Lo encontré genial”, dijo Landis, riendo. “Él quería zombis, pero lo más importante para Mike era convertirse en un monstruo”.
“Michael estaba muy decidido a que todo tuviera que ser lo mejor, lo mejor”, dijo. “Tenía una ética de trabajo espectacular, pero era un viejo profesional, el chico ha estado actuando desde que tenía 8 años”.
EL PRESUPUESTO:
Al presentar el proyecto a la compañía discográfica, el principal problema radicó en los U$S 900.000 que se necesitaban para llevar adelante el video. La solución llegó cuando se decidió que se filmaría todo el «Detrás de Escena» que luego se vendería en forma de videohome junto al cortometraje. Nadie jamás pudo imaginar que se vendieran nada menos que un millón de copias de «Making Michael Jackson´s Trhiller» solamente en los Estados Unidos, convirtiéndose así en el video hogareño más vendido en la historia de ese país, récord aún no superado.
LA COREOGRAFÍA:
El video fue la primer gran producción en su tipo que necesitó lo mismo que las grandes películas de Hollywood: docenas de extras, bailarines, diferentes escenografías y varias horas para maquillar a Michael Jackson y llevarlo primero a un «zombie» y luego a un perfecto «hombre lobo», y por último 4 días de filmación en diferentes set.
Rick Baker fue el encargado del espectacularl maquillaje, y tuvo a su cargo a más de veinte artistas en la materia, maquillando a más de 20 bailarines y al propio Michael Jackson.
En total los bailarines fueron 18 y otros 4 para las escenas del «Break Dance», todos a cargo del coreógrafo Michael Peters.
La joven Ola Ray fue la actriz coprotagonista del video junto a Michael tocándole el papel de novia asustadiza de «grandes ojos» y buena «garganta» para el espanto.
LOS PRIMEROS PASOS:
Cuando ya se había solucionado el principal escollo de la financiación, llegaba otra parte dura, la producción del vídeo y tanto Jackson como Landis ya tenían bien claro lo que querían.
Landis se trajo consigo al equipo con el que filmó «An American Werewolf in London», George Folsey Jr, productor y montador, realizando las mismas funciones en «Thriller», al igual que Malcolm Campbell, también montador; el gran Rick Baker volvió a encargarse de los maquillajes; Elmer Bernstein puso música al videoclip en las partes en las que suena música instrumental; Robert Paynter se encargó de las labores de fotografía y Deborah Nadoolman del vestuario.
También contaron con la inestimable participación de Vincent Price, quien prestó su voz como narrador. La presencia del actor británico no hace más que subrayar el tono de homenaje al terror de la propuesta. Puede oírse su voz cuando los zombies salen de sus tumbas, además su risa acompaña al plano final del videoclip.
Consiguieron llegar a un acuerdo con la Disney para que el videoclip tuviera una distribución en salas de cine, el video se proyectó conjuntamente con la película «Fantasía», permitiendo de esta forma entrar en la carrera por los Oscars en la categoría de mejor cortometraje, aunque al final no consiguió la nominación.
CURIOSIDADES:
En la película que Michael y Ola Ray están viendo en el cine alguien dice la frase «Nos vemos el próximo miércoles», esta frase aparece en muchas de las películas dirigidas por John Landis.
El cine visto al comienzo del videoclip es el mismo que Landis utilizó para su película Made in USA (The Kentucky fried movie, 1977).
El póster de la película «El monstruo de las bananas» (Schlock, 1973) dirigida por John Landis, puede verse expuesto fuera del cine del que salen Michael y Ola Ray. También puede verse los posters de «Los crímenes del museo de cera» (House of wax, 1953) y «The mad magician» (1954), ambas protagonizadas por Vincent Price.
Tal y como aclara Rick Baker en el making of del videoclip, el monstruo en el que se convierte Michael Jackson al principio del video es un «werecat» (hombre gato) y no en un hombre lobo como se cree habitualmente.
El rugido que hace Michael Jackson durante su transformación en animal es el mismo que puede oírse en «Un hombre lobo americano en Londres» (1981), durante la transformación en lobo del protagonista.
Cuando Michael canta con el coro de zombies, él aparece sin maquillaje, según explicaba el cantante en el making of, la máscara era incómoda de llevar.
El maquillador Rick Baker realiza un cameo como el zombie que sale de una cripta en el cementerio. Otros artistas encargados de los maquillajes también realizaron cameos en el videoclip, como el no menos conocido Greg Cannom.
El videoclip termina con la inscripción «Cualquier semejanza con hechos reales o con personas vivas, muertas (o muertos vivientes) es pura coincidencia». Landis ya había usado el mismo gag en «Un hombre lobo americano en Londres».
LOCALIZACIONES:
La mayor parte de las escenas del baile de los zombies no se realizaron en estudio, sino en escenarios naturales. Estas fueron filmadas en la Unión Pacific Avenue en el distrito hispano de la ciudad de Los Angeles y conociendo la noticia de que Michael Jackson filmaría en el lugar, gran cantidad de vecinos hicieron guardia por largo tiempo y a altas horas de la noche, para ser protagonistas de estas tomas.
Ubicación en Google Maps de «Palace Theatre» donde se grabaron las tomas internas y externas del cine.
El cine Palace ubicado en 630 S. Broadway, Downtown Los Angeles aún existente al día de hoy, nos remonta directamente al vídeo. Fue construido en 1911 por el arquitecto Albert Landsburgh, originalmente con el nombre «The Orpheum» pero en 1926 se levantó en esa misma calle otro orfeón de mayor tamaño, pasando este a re-bautizarse como «THE PALACE». Si bien con el paso de los años acabo circunscribiéndose a un cine normal y corriente, fue cerrado a mediados de los ’90 y aun se conserva los letreros exhibidos en el video, 30 años atrás.
Los últimos minutos del vídeo clip donde tiene lugar las escenas de baile fueron rodadas en una calle de Los Angeles llamada Union Pacific Avenue entre 3700, esquina Los Palos Street. La famosa esquina no ha sufrido demasiadas variaciones a hoy día.
Por su parte, la mansión del vídeo esta ubicada en 1345 Carroll Avenue, Los Angeles, construida en 1887, esta ubicada en una barrio ciertamente acomodado, en medio de una colina repleta de mansiones victorianas. La Mansión es fácilmente reconocible por su inmenso árbol a su costado, y es conocida como la «Sanders House».
Ubicación en Google Maps de la Mansión donde se grabaron los exteriores del video Thriller.
EL VESTUARIO:
Deborah Nadoolman, esposa de Landis, quien ya era célebre en Hollywood por haber elegido un sombrero de ala curva y una cazadora de cuero para Harrison Ford en la película «Indiana Jones, en busca del arca perdida», fue la encargada de vestuario y diseñadora de la mítica «campera» o «chamarra» roja que utilizó Michael Jackson.
Nadoolman, guarda buenos recuerdos de «Thriller»: «En retrospectiva, estoy asombrada de que Michael me diera tanta libertad en el diseño de vestuario. Él ya tenía una fuerte imagen establecida – no tan extrema como las chaquetas militares con galones y hombreras que adoptaría más adelante -, pero el guante plateado, las cadenas, las hebillas y los cinturones ya eran parte de su estilo».
«La chaqueta de Thriller se basó en tres puntos. Lo primero la forma. Debido a que Michael era tan delgado, fino y pequeño, tuve que crear algo muy masculino: hombreras. Y además eran los ochenta», explica.
«Lo segundo fue el color. El vídeo estaba rodado por la noche, teníamos que ser capaces de ver a Michael, así que no podía ir con una cazadora negra de piel, ni una chaqueta blanca. Desaparecería en la imagen. Pensé que el rojo era el mejor tono. Fue un proceso de eliminación. Una gran parte del diseño acaba siendo reductivo: no puede ser este tono, ni esta forma, ni este estilo…»
«Y el tercer punto que hace que la chaqueta sea inusual es la «V». Yo había estado en los ensayos, y la coreografía es una V con Michael al frente. Ahora, mirando atrás, creo que pensé que podía convertir a Michael en un superhéroe. Mira la chaqueta, en el fondo parece el uniforme de un superhéroe: crea una forma, aporta fuerza, y la masculinidad que ayudó a destacar a Michael entre los demás. Bailaba entre los zombies, vestidos de gris y de oscuro, y le hacía sobresalir».
La chaqueta roja se vendió en una subasta de Julien’s Auctions por 1,8 millones de dólares en 2011, no pertenecía al Estate de Michael, sino a su diseñador Michael Bush que la había recibido de regalo de parte de Jackson.
Michael también había hecho suyos los calcetines blancos y mocasines negros, en un homenaje a Fred Astaire, quien a lo largo de su carrera siempre bailó con este tipo de zapatos. Hábilmente, ese destello blanco en sus tobillos atraía la atención a sus mágicos pies y a esa manera de bailar que sigue causando furor. «Con Michael como actor principal, realicé mi trabajo como si se tratara de un personaje dentro de una película. Él ansiaba convertir Thriller en el cortometraje más importante de Hollywood», dice Nadoolman. Y lo logró.
«Michael era una de las personas naturalmente más elegantes que han pasado por este planeta. Su gracia en los movimientos, su estrecho contorno vertical y su gusto por lo extraordinario hace de él un icono de estilo», asegura Nadoolman.
Cuenta la diseñadora que solo cosió dos chaquetas, una para la secuencia del cine y otra para el baile, y que juntas no salieron más de 1000 dólares.
Por su parte la ropa utilizada por los zombies, ya que eran docenas de vestuarios los necesarios, se eligieron de segunda mano en las tiendas del «Ejercito de la Salvación».
EL MAQUILLAJE:
El genio del maquillaje Rick Baker cuenta su historia con Michael Jackson y dice «me preocupaba el tema de maquillar a una estrella del pop. Pensé: Esto va a ser difícil y me va a costar trabajar con él, pero estaba completamente equivocado. A Michael le encantó, pese a que fue muy caótico y a todo el trabajo que tuve que hacer en tan poco tiempo. Tuve que trabajar con artistas de maquillaje que no conocía y no sabía si serían capaces de caracterizar bien a los bailarines. Esa misma noche también tenía que maquillar a Michael, así que no paraba de correr de una caravana a otra, sin parar de decir «No, no, no…»
Al principio, decidí que Michael no debería ser un hombre lobo; dije que debería ser más felino, y lo convertí más en una criatura de gato de fantasía. Lo más aterrador para mí en esa experiencia fue el tamaño y la cantidad limitada de tiempo que teníamos. Le dije a John Landis: «Supongo que elegirás a estos bailarines de inmediato porque nos lleva tiempo hacer las máscaras de vida y todo eso», y él dice: «¿Eh?».
Los bailarines fueron elegidos tres días antes de la filmación, así que no pude maquillarlos de la manera correcta. Tenía algunas cosas genéricas que podía usar, pero sentí que deberíamos tener cosas más geniales. Mi equipo y yo ya tenemos nuestras propias máscaras, así que le dije a John: «¿Qué tal si tenemos más zombies y somos mi equipo y yo?». Entonces, los zombies que salen de las tumbas son mi equipo y mis amigos, mientras que los bailarines son piezas genéricas que hicimos rápidamente.
La mayor de las fascinaciones de Jackson eran las prótesis de maquillaje de silicona que se implantaron en su rostro, hay declaraciones del departamento de Producción de Maquillaje que señalaban que el cantante pasaba horas observando no sólo el desarrollo de su maquillaje, sino también, cómo se medían los moldes para cada bailarín, se confeccionaban pelucas y se pegaban en cada personaje.
El metamorfismo de Michael se planeó en acetato comenzando con él luciendo como él mismo; primero se añadieron lentes de contacto que se transformaban lentamente, luego lentes de contacto completos para que los ojos parecieran amarillos, luego se colocaron los dientes postizos. Se usó goma espuma para crear la máscara de Michael Jackson, para dar el efecto de que se transforma en un hombre lobo, se colocaron vejigas de látex debajo del aparato: cuando se bombeaba aire en la máscara de espuma, se estiraba y se llenaba hasta su capacidad dando la apariencia. que la cara se estaba transformando. Fue una excelente manera para que Rick Baker no tuviera que crear muchas piezas para la cara de Michael.
Hay que recordar que para aquella época no se trabajaba con productos de tanta precisión así que el mérito de la producción incluía el minimalismo del trabajo, pintado a mano y pegado con pinceles de pequeño diámetro. Olviden el maquillaje al agua, los pigmentos activados con alcohol y, mucho menos, el aerosol. Los lentes de contacto, en nuestra época, son vistos a diario, pero en el vídeo ver los ojos amarillos contrastantes era todo un efecto digno de impacto.
Cuenta el maquillador Rick Baker: «Ver el baile de Thriller en vivo por primera vez, fue increíble, Landis dijo que iba a ser más conocido por esto que por cualquier otra cosa que hagas, y yo solo dije que no, estás loco. Pero cuando la gente pregunta, ¿qué haces para ganarte la vida? Soy maquillador. ¿Has hecho algo que yo haya visto? Sé que si digo Thriller, lo han visto.»
EL DIARIO DE «THRILLER» – Vanity Fair – Nancy Griffin
La periodista Nancy Griffin y el fotógrafo Douglas Kirkland pasaron cuatro días en 1983 en el set del video «Thriller». Ha escrito «The Thriller Diaries» en el que comenta y reflexiona sobre el talento de Michael Jackson. Griffin habló con el director John Landis, ejecutivos discográficos, la coprotagonista Ola Ray, coreógrafos y otros, para iluminar el proceso de cómo Michael creó algo totalmente revolucionario.
13 de Octubre de 1983: 8:00 PM – Centro de Los Ángeles.
En una fría noche de otoño, los técnicos instalan luces alrededor de la entrada del Palace Theatre, que lleva el título “Thriller” en su marquesina. Un sin fin de gritos: “¡Michael! ¡Michael!”, flota en la brisa desde unas pocas cuadras de distancia, donde cientos de fanáticos se agolpan contra las barricadas policiales para ver a su ídolo. Aunque todos los involucrados en la producción han jurado guardar el secreto, la noticia del rodaje de esta noche se filtró y se transmitió en la radio local. Los guardias de seguridad patrullan el set.
Michael Jackson, un duendecillo tímido con una chaqueta de cuero roja y jeans, se encuentra en la entrada del teatro, hablando con la actriz Ola Ray y el director John Landis. El equipo de cámara está haciendo los preparativos finales para una toma de grúa que se desplazará desde la marquesina cuando Jackson y Ray, interpretando a una pareja en una cita, salen del teatro.
Estoy en el set cubriendo el rodaje, el directo Landis dice que necesita una «chica de boletería» y me ordena que me siente en la taquilla.
Justo antes de llamar a «Acción», Landis grita: “¿Cómo vas a estar en esta toma?”.
“Maravilloso”, responde Michael Jackson, apenas audible.
Segundos después, Jackson es como si encendiera un interruptor interno: sonríe, brilla, hipnotiza. Landis ejecuta el plano largo de la grúa, luego avanza para los primeros planos y el diálogo. “Es sólo una película”, le asegura Jackson a su chica. «Tenías miedo, ¿no?».
Landis pide otra toma: «Hazlo sexy esta vez». «¿Cómo?» pregunta Jackson. «Ya sabes, como si quisieras enamorarla»- responde el Director.
La estrella se estremece y se lame los labios con incomodidad, luego mira seriamente a los ojos de Ola Ray.
El festival de terror con zombis bailarines que es “Michael Jackson’s Thriller”, originalmente concebido como un cortometraje de 14 minutos, es el video musical más popular e influyente de todos los tiempos. Fue designado tesoro nacional por la Biblioteca del Congreso, el primer video musical en ser incluido en el Registro Nacional de Cine.
A diferencia de los favoritos olvidados del apogeo de MTV, «Thriller» está prosperando en YouTube, donde uno puede ver, junto con el original, decenas de tutoriales de baile y recreaciones de «Thriller» de Actores de Bollywood y celebrantes de Bar Mitzvah. El baile se ha convertido en un ritual tribal anual en las principales ciudades del mundo, con iniciados disfrazados imitando en masa los movimientos de Michael.
Nada de esto era imaginable en el «Palace Theatre» en aquel momento de grabación. Jackson entonces era un joven de 25 años ingenuo y sobrenaturalmente dotado “que quería convertirse en un monstruo, solo por diversión”, como me dijo recientemente Landis, y tenía el dinero para hacerlo realidad.
“Thriller” marcó el momento más incandescente en la vida de Jackson, su cúspide tanto creativa como comercialmente. Pasaría el resto de su carrera tratando de superarlo. “En la era de Off the Wall/Thriller , Michael estaba en un constante estado de transformación”, dice Glen Brunman, entonces publicista de Jackson en su compañía discográfica Epic. “Todo se trataba de la música, hasta que también se convirtió en las ventas y los premios, y algo cambió para siempre”.
Fue el video de «Thriller» lo que empujó a Jackson a la cima, consolidando su posición como el Rey del Pop. “Thriller” fue el séptimo y último sencillo y tercer video (después de “Billie Jean” y “Beat It”) en ser lanzado del álbum del mismo nombre, que ya llevaba casi un año en las listas de éxitos desde su lanzamiento en noviembre de 1982.
La recepción frenética del video, impulsada por las presentaciones las 24 horas en MTV, más que duplicaría las ventas del álbum, es lo que llevó a Thriller a los libros de récords como el LP número 1 de todos los tiempos, una distinción que mantiene hoy.
Jackson dominaría la cultura pop durante el resto de la década, siendo dueño de los 80. Gobernar el universo del entretenimiento había sido su sueño desde que cantó «I Want You Back» en The Ed Sullivan Show en 1969.
Jackson era la estrella de video ideal. No solo irradiaba un glamour epiceno que era a la vez inocente e intensamente erótico, sino que también era conceptualmente inventivo, un gran bailarín y un creador de tendencias en el vestuario.
Consideró que la calidad de lo que estaba transmitiendo la incipiente cadena de rock MTV era mala y sintió que podía hacerlo mejor. Contrató a los mejores directores y coreógrafos y aplicó todo lo que había aprendido viendo películas de Gene Kelly y Astaire.
Más que cualquier otro artista, Jackson marcó el comienzo del apogeo de los videos musicales, demostrando su poder promocional, elevando el listón creativamente y allanando el camino para una mayor aceptación de los músicos negros en MTV.
Pero la campaña de Thriller, inventada por Jackson; su abogado y asesor más cercano, John Branca; el jefe de CBS Records, Walter Yetnikoff; y el jefe de promoción de Epic, Frank DiLeo, no incluyeron planes para un tercer video, y ciertamente no un video de la canción principal, que ni siquiera se lanzaría como sencillo. “¿Quién quiere un sencillo sobre monstruos?” dice Yetnikoff, resumiendo cómo se sentía el grupo en ese momento sobre el potencial de la canción.
Pero en junio de 1983, el álbum, después de cuatro meses como número 1 en la lista Billboard 200, fue desplazado del primer puesto por la banda sonora de Flashdance . Recuperó brevemente la primera posición en julio, luego fue derrocado nuevamente, esta vez por Synchronicity, de The Police. No se esperaba que los tres sencillos planificados restantes, «Wanna Be Startin’ Somethin'», recién lanzado en mayo, «Human Nature», programado para julio, y «PYT» para septiembre, impulsaran las ventas del disco como lo hicieron «Billie Jean» y » Beat It”.
Jackson estaba molesto. Obsesionado con el seguimiento de sus cifras de ventas, las comparaba constantemente con las de sus competidores en el escalón más alto, incluidos Prince y Madonna. “Disfrutaba estar en la cima”, dice Larry Stessel, ejecutivo de marketing de la costa oeste de Epic.
De alguna manera, “Thriller”, escrita por Rod Temperton, es una canción semi-novedosa con efectos de sonido de puertas que crujen y pasos espeluznantes y una narración de Vincent Price.
Jackson tenía motivos para estar fascinado con los disfraces aterradores y las cosas que saltan en la noche, pero no quería que parecieran demasiado reales. Sus gustos generalmente se dirigían a fantasías benignas al estilo de Disney donde las personas eran amables y los niños estaban a salvo. “Nunca fui un fanático del terror”, dijo. “Estaba demasiado asustado”. Se aseguraría de que el tono de su película «Thriller» fuera espeluznante y cómica, no realmente aterrador.
A principios de agosto, John Landis, levantó el teléfono y escuchó la vocecita de Jackson en la línea. La estrella le dijo a Landis cuánto había disfrutado la película de terror del director «An American Werewolf in London». ¿Estaría dispuesto a dirigir a Jackson en un video musical con una historia espeluznante que lo transformó en un hombre lobo? En ese momento, hacer videos musicales no era algo que hicieran los directores de largometrajes. Pero Landis estaba lo suficientemente intrigado por la súplica de Jackson para asistir a una reunión.
En la tarde del 20 de agosto, Landis y su socio productor, George Folsey Jr., atravesaron las puertas de Hayvenhurst, la finca de estilo Tudor en Encino.
Landis le dijo a Jackson que no dirigiría «Thriller» como un video musical, sino que propuso que colaboraran en un cortometraje narrativo que podría estrenarse en los cines. Landis escribiría una historia, inspirada en la canción, sobre un joven lindo en una cita que se convierte en un monstruo. El corto se rodaría en 35 mm. película con valores de producción de largometraje, que incluyen excelentes locaciones y un impresionante número de baile. Landis pediría un favor a Rick Baker, el mago del maquillaje ganador de un Oscar que había creado la criatura de «An American Werewolf in London», pidiéndole que diseñara el maquillaje. Jackson estaba entusiasmado con la visión de Landis e inmediatamente dijo: «Hagámoslo».
Aunque CBS/Epic había pagado $ 50,000 por el video de «Billie Jean», Yetnikoff se había negado a financiar «Beat It», por lo que Jackson pagó $150,000 de su propio bolsillo. Cuando Folsey y Landis elaboraron el presupuesto para «Thriller», lo estimaron en $900,000. Landis y Jackson llamaron al «tío Walter», como lo llamaba Jackson, para explicarle el concepto de «Thriller» y cuánto costaría. Landis dice que Yetnikoff gritó tan fuerte que el director tuvo que alejar el teléfono de su oído. Cuando Landis colgó el teléfono, Jackson dijo con calma: «Está bien, lo pagaré yo». Eventualmente, Yetnikoff acordó que la compañía discográfica contribuiría con $100,000 para el video.
Fueron Folsey y John Branca, el abogado de Jackson, quienes se unieron para resolver el déficit presupuestario. Aunque la televisión por cable era un fenómeno nuevo y el mercado de videos domésticos aún no había explotado, decidieron filmar detrás de escena en 16 mm. para un documental de casi 45 minutos, «Making Michael Jackson’s Thriller», que, junto con el video «Thriller», podría venderse por cable. MTV acordó pagar $250.000 y Showtime $300.000 por el paquete de una hora; Jackson cubriría algunos costos de producción iniciales y recibiría un reembolso. Entonces entró Vestron, incipiente empresa de videos hogareños, y se ofreció a distribuir «Making Michael Jackson’s Thriller» como un video de “venta directa” de U$S 29,95 en VHS y Betamax, una oferta pionera en su tipo.
Con el financiamiento listo y solo seis semanas antes del primer día de rodaje, el 11 de octubre, el equipo pasó rápidamente a una preproducción acelerada. Landis contrató a su director de fotografía de Trading Places, Robert Paynter, y seleccionó a su propia esposa, Deborah Nadoolman Landis, mejor conocida por poner a Harrison Ford con un sombrero de fieltro y una chaqueta de cuero para «En busca del arca perdida», como diseñadora de vestuario. El coreógrafo de «Beat It» Michael Peters fue contratado y comenzó a audicionar a los bailarines y a desarrollar pasos de baile callejeros para la coreografía de los zombies. Folsey se integró, asegurando locaciones y equipos.
Landis escribió un guión que se burlaba vagamente de «I Was a Teenage Werewolf». Michael tendría una cita con una chica sexy en dos períodos de tiempo separados, los años 50 y 80. Habría diálogo intercalado con música. Como el chico de los años 50, Michael le decía a su novia: «No soy como los otros chicos», luego se transformaba en un hombre lobo y la aterrorizaba. Como el chico de los 80, la cortejaría con movimientos de baile seductores antes de convertirse en un «hombre lobo/gato».
«Lo más importante fue darle una pareja”, dice Landis, señalando que Jackson no había interactuado con mujeres en los videos de “Billie Jean” o “Beat It”. “Ese fue el gran avance”.
Después de que Jennifer Beals de Flashdance rechazó una oferta para coprotagonizar, Landis eligió a una ex Playboy desconocida de 23 años llamada Ola Ray. “Hice audiciones para muchas chicas y esta chica, Ola Ray, en primer lugar, estaba loca por Michael”, dice Landis. “Tenía una gran sonrisa.» Jackson firmó con Ray.
El trabajo de Deborah Landis era realzar la masculinidad de Jackson mientras lo vestía con ropa moderna e informal que fuera cómoda para bailar. Dado que el video se filmaría de noche en una paleta mayormente sombría, dice: «Sentí que el rojo realmente aparecería frente a los zombie». Ella eligió el mismo color tanto para la chaqueta como para los jeans para enfatizar una línea vertical, haciendo que su figura de cinco pies y siete pulgadas y 100 libras pareciera más alta. “Los calcetines y los zapatos eran suyos”, dice ella.
13 de Octubre de 1983; 10:30 PM Centro de Los Ángeles.
En una calle desolada de la ciudad, Jackson sincroniza los labios con una reproducción de «Thriller» mientras baila y se desliza juguetonamente alrededor de Ola Ray. Landis apenas ha ensayado la escena porque espera un poco de energía sexual espontánea entre sus actores y le ha pedido a Jackson que improvise. Se supone que Ray, debe mantener el ritmo con cada paso. Landis se tapa los ojos con la mano y sacude la cabeza en silencio mientras ella altera repetidamente el tempo, lo que requiere muchas tomas.
La agradable atmósfera de «Thriller» pareció tener un efecto saludable en Jackson. Deleitó al equipo pasando el rato en el set entre tomas y, aunque no dijo mucho, respondió amablemente a cualquiera que se le acercara. Landis con frecuencia lo hacía reír tontamente con payasadas, una vez lo levantó por los tobillos y lo sacudió boca abajo mientras Jackson gritaba: «¡Bájame, punk!»
“Traté a Michael como si fuera un niño superdotado”, dice Landis. “Estaba emocionalmente dañado, pero era tan dulce y tan talentoso”.
Una variedad ecléctica de luminarias apareció en el plató para ver a Jackson. Fred Astaire y Rock Hudson pasaron por allí.
Quincy Jones, al ver la filmación del baile de los zombies, reflexionó sobre la capacidad de Jackson para mantener su calidad de niño: «Se necesita mucha madurez para controlar toda esa inocencia». Quizás el visitante más improbable que apareció fue Marlon Brando, quien, según supo Landis, le estaba dando consejos de actuación a Jackson. Un día, cuando Landis lo reprendió por no saber sus líneas, Jackson dijo: «Marlon me dijo que siempre buscara la verdad, no las palabras».
Si su espíritu en el set parecía despreocupado, tras bambalinas, Jackson estaba emocionalmente estresado por presiones familiares y comerciales latentes durante mucho tiempo. A medida que comenzó a confiar en algunos de sus colaboradores de «Thriller», incluidos Landis, Baker y Stessel, habló sobre su soledad, su percepción de que le habían robado su infancia y su relación problemática con su padre.
Jackson se enfrentó a un momento crítico en su desarrollo personal: ¿su nuevo megaéxito y su riqueza lo impulsarían a crecer, a volverse más seguro e independiente, o a retirarse más a su dorado mundo de fantasía?.
Michael era la gallina de los huevos de oro de la familia Jackson, y desde que se emancipó, a la edad de 21 años, Joe se había mostrado hostil a sus proyectos en solitario. Ahora, con millones de «Thriller», mientras los dólares fluían en la dirección de Michael, Joe, Katherine y los hermanos, todos los cuales necesitaban dinero, en parte gracias a sus extravagantes hábitos de gasto, se sintieron con derecho a cobrar.
En Hayvenhurst, Jackson llevó una existencia extraña y protegida. Un equipo de seguridad las 24 horas impidió que los enjambres cada vez mayores de fanáticos rompieran las paredes. En el interior, las interacciones de la familia eran góticas y tensas. Si bien Katherine había solicitado el divorcio el año anterior luego de las revelaciones de la infidelidad de su esposo (él había tenido una hija fuera del matrimonio, Joh’Vonnie, a quien visitaba regularmente), Joe simplemente se mudó a una habitación al final del pasillo en lugar de mudarse. Michael trató de hacer la vida de su madre más placentera y evitar chocar con su padre. “Michael cerraba con llave la puerta de su dormitorio”, recuerda Branca, “y Joe amenazaba con derribarla”. (Joe Jackson, a través de su abogado, negaba este relato).
Vincent Paterson, quien ayudó con la coreografía en «Thriller», dice que Jackson le hacía preguntas asombrosamente ignorantes sobre sexo: «preguntas simples, biológicas, de un niño de 12 años». Agrega: “Nunca vi a Michael como una criatura sexual. Siempre fue un poco asexual conmigo, algunas personas son así. Nunca tuve una vibra, tan dinámica, eléctrica y poderosa como con él. Era como nadie que hubiera conocido en mi vida. Por un lado, era tan retrasado socialmente y, por otro lado, era un genio creativo”.
Paterson recuerda que Jackson le preguntó una vez después de un ensayo de baile: “’¿Adónde vas?’ Dije: ‘Solo voy a ir a una fiesta con algunos amigos’. ¿Quieres venir?’ ‘No, nunca he estado en una fiesta. Si alguna vez fuera a una fiesta, solo querría pararme detrás de la cortina, poder asomarme y ver lo que hace la gente. ”
23 de Octubre de 1983; 9:45 AM; Estudio de Rick Baker, North Hollywood.
«No es de fiar en absoluto», balbucea Landis, malhumorado y caminando de un lado a otro mientras Baker, el maquillador, arregla las orejas, las patas y los dientes del hombre lobo en su mesa de trabajo. (En realidad, dadas las delicadas facciones de Jackson, Baker ha creado una apariencia más parecida a la de un «hombre gato»). Jackson tenía previsto llegar hace 45 minutos la prueba de la prótesis de su espantosa secuencia de metamorfosis. Finalmente, el Rolls negro de la estrella se detiene afuera. Jackson entra al trote y se deja caer en la silla. Lleva una camiseta amarilla, pantalones negros lo suficientemente cortos para mostrar sus calcetines de rombos y mocasines negros con una suela suelta.
Mientras Baker se cierne sobre él, trabajando meticulosamente, Jackson se sienta en silencio con las manos cruzadas sobre el regazo. Llega un asistente con una funda de almohada amarilla con algo abultado adentro y la deja en la habitación exterior. Jackson bosteza. “Tengo que ir al baño”, dice, y se levanta. Regresa cargando una boa constrictor de dos metros y medio —recuperada de esa funda de almohada amarilla. Envuelve la serpiente alrededor de mi cuello. “No tengas miedo, no te hará daño”, dice.
Cuando terminó el rodaje, Landis y Folsey trabajaron todas las noches en una sala de edición de Universal Studios; después de que el editor original se fue a otro proyecto, Folsey se hizo cargo de la edición. A Jackson le gustaba pasar el rato con Landis y Folsey mientras trabajaban, conducía él mismo y llegaba a la sala de edición alrededor de las nueve de la noche.
Aproximadamente dos semanas antes del estreno, Jackson llamó a Branca y, hiperventilando y hablando con voz entrecortada, le ordenó destruir el negativo de “Thriller”. “Dijo que los testigos de Jehová escucharon que estaba haciendo un video de un hombre lobo”, recuerda Branca. “Le dijeron que fomentaba la demoniología y que lo iban a excomulgar”. Branca consultó con Folsey y Landis, y todos estuvieron de acuerdo en que el negativo de «Thriller» debía protegerse. Landis inmediatamente sacó los lotes de película del laboratorio y los entregó a la oficina de Branca, donde fueron guardados.
A continuación, según Landis, recibió una llamada del jefe de seguridad de Jackson, Bill Bray, quien informó que el cantante había estado en su habitación con la puerta cerrada durante tres días y se negaba a salir. Landis condujo hasta la finca de Encino. “Bill y yo pateamos la puerta, la derribamos y Michael yacía allí. Él dijo: ‘Me siento tan mal’. Dije: ‘Michael, ¿has comido?’ Él no había comido. Fue raro. Solo dije: ‘Mira, quiero que veas a un médico ahora mismo’. ”
Landis volvió a ver a Jackson al día siguiente y lo encontró en la casa de Frank DiLeo, a pocas cuadras de la finca de Encino, en un estado más alegre. Se disculpó por dar la orden de destruir “Thriller”: “Lo siento, John. Me da vergüenza.» Landis luego le informó que su directiva había sido ignorada. “Le dije: ‘Michael, no dejaría que lo destruyeran». Él dijo: ‘¿En serio? Porque creo que es realmente bueno. Digo, ‘Michael, es genial y tú eres genial’. ”
Aún así, Jackson estaba preocupado por el contenido del video. Branca, inventó una artimaña. “Le dije: ‘Mike, ¿alguna vez viste a Bela Lugosi en Drácula ?’ Él dice: ‘¿Por qué?’ Dije: ‘¿Sabes que era un cristiano devoto?’ Me lo estaba inventando. Y dije: ‘¿Alguna vez notaste que había, como, descargos de responsabilidad en esas películas?’ Él dice: ‘No’. «Entonces, Michael, antes de que destruyamos esta película, pongamos un descargo de responsabilidad diciendo que esto no refleja las convicciones personales de Michael Jackson». ‘¡Oh!’ Le gustó. Problema resuelto. Landis dice: “Sabes, lo maravilloso de Michael: aquí es donde entra la genialidad. No importa cuán extravagante haya sido algo, siempre tuvo algún beneficio increíble. Ese descargo de responsabilidad provocó muchas conversaciones y generó mucho interés”.
El estreno del cortometraje de «Thriller» se programó en el histórico Crest Theatre de 500 asientos. “He estado en los Oscar, los BAFTA, los Emmy y los Globos de Oro, y nunca había visto algo así”, recuerda Landis. Ola Ray buscó a Jackson antes de que se apagaran las luces y lo encontró en la cabina de proyección. Él le dijo que se veía hermosa, pero rechazó su súplica de venir a sentarse en la audiencia. “Esta es tu noche”, le dijo. Ve a divertirte. Landis animó a la audiencia con una nueva impresión de la caricatura de Mickey Mouse «The Band Concert». Luego vino «Thriller», con su mezcla de sonido al máximo volumen. Catorce minutos después, la multitud estaba de pie, aplaudiendo y gritando: “¡Bis! ¡Bis!»-
A medida que se acercaba el debut de “Thriller” en MTV el 2 de diciembre, la cadena se decidió por una estrategia de saturación que se describe como “’Cada vez que ponemos ‘Thriller’, digámosles cuándo la vamos a poner de nuevo’. Lo emitian de tres a cinco veces al día. Obtuvieron índices de audiencia 10 veces superiores a los habituales cuando presentaban ‘Thriller’.”
Showtime transmitió «Making Michael Jackson’s Thriller» seis veces en febrero. En cuestión de meses, el lanzamiento de Vestron había vendido un millón de copias, lo que lo convirtió en ese momento en el lanzamiento de video casero más vendido de la historia.
El sueño de Landis de que “Thriller” tuviera un recorrido teatral internacional, como los cortometrajes de la época dorada de Hollywood, no se cumpliría. En cierto sentido, se convirtió en víctima de su propio éxito: Yetnikoff y DiLeo mataron cualquier posibilidad de eso cuando se dieron cuenta de que el video era una herramienta de marketing espectacular. “Epic regaló el video gratis en todo el mundo, a todas las estaciones de televisión que lo querían”, dice Landis. “Hubo un mes en el que no podías encender la televisión y no ver ‘Thriller’. Dado que Landis y Folsey juntos poseían el 50 por ciento de «Thriller» y «Making Michael Jackson’s Thriller», tenían el derecho legal de ser consultados.
Después de haber transformado una canción divertida pero marginal en un video heroico e histórico, Michael Jackson montó «Thriller» hasta la cima de la montaña. El video envió las ventas del álbum de regreso a la estratosfera, con Epic vendiendo un millón de copias por semana; a fines de 1984, el álbum había vendido 33 millones de copias en los EE. UU. Desde entonces, Thriller se ha mantenido indiscutible como el álbum número 1 de todos los tiempos (ventas actuales en todo el mundo: un estimado de 110 millones).
Thriller tuvo profundas consecuencias en la vida de Jackson y su carrera posterior. Fue tanto una fuente de su mayor orgullo como su maldición. “Michael no vio a Thriller como un fenómeno”, dice Brunman. “Él lo vio como un trampolín hacia cosas aún mayores. Estábamos extasiados cuando [su próximo álbum] Bad superó la marca de los 20 millones. Michael estaba decepcionado”.
“Para mí, lo que sucedió con Michael es que sintió que necesitaba superarse a sí mismo”, dice Branca, quien representó a Jackson de forma intermitente durante el resto de la vida de la estrella y ha sido nombrado co-ejecutor de su patrimonio. “Eso fue mucha presión. Recuerdo que estábamos en Hong Kong de vacaciones después de Thriller y le dije: ‘Mike, deberías pensar en hacer un álbum con las canciones que te inspiraron’. Él dijo: ‘¿Por qué haría eso?’ Bueno, te quitaría la presión. Nadie esperaría que tuvieras que superar a Thriller. Y me miró como si yo fuera de Marte. Y él dijo: ‘Branca, el próximo álbum va a vender 100 millones’. ”
Es bueno recordar a Michael Jackson tal como era la noche del 13 de octubre de 1983. No puedo olvidar la forma en que me miró cuando lo miré a través del cristal de la boletería en el Palace Theatre: radiante y ascendente.
Para mí, «Thriller» parece la última vez que todos en el planeta se emocionaron al mismo tiempo por lo mismo: sin importar a qué parte del mundo fueras, estaban tocando esa canción y podías bailar con ella. Desde entonces, la fragmentación de la cultura pop ha destruido nuestro sentido de euforia colectiva, y lo extraño.
Nancy Griffin. Vanity Fair.
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